Algunos días me atrapa el virus turista. Me contagio de “la necesidad” de visitar lugares, monumentos, rutas marcadas… Si paso por este pueblo, ¿cómo no voy a visitar tal o cual rincón marcado como lugar de peregrinación? -me digo.
Algunos días me siento torpe en mi viajar. Apenas encuentro un lugar cómodo, me aposento y doy paseos por los alrededores, siempre sin saber a donde voy o qué me encontraré. Muchos días me reprocho este deambular – ¡qué me estaré perdiendo! Otros, como hoy, entiendo que no es desidia ni desinterés. Es, que no he viajado hasta aquí para ir a ninguna parte; he viajado, viajo, en busca del silencio, huyendo de las trampas de la rutina, Mi único objetivo es escucharme. En la lectura, en la escritura, en los largos paseos cámara en mano, en las fotos que encuentro sin buscarlas… escucharme.
“De mí sé decir que no viajo para ir a ninguna parte, sino para ir. Viajo por viajar. La cuestión es moverse”
Robert-Louis Stevenson.
