Quienes juzgan mi decisión de escapar de un trabajo aparentemente cómodo y bien remunerado, esos que me miran con cara de “¡qué has hecho, estás loca!”, no saben que en realidad no tenía alternativa; que entre lo justo o el engaño, elegí lo justo; que entre el valor o el miedo, elegí el valor a pesar de la intensidad miedo; que entre apariencia o verdad, elegí verdad; que entre vivir o morir, elegí vivir.
Y si aún no lo entiendes, pregúntame si soy feliz. Y tú, ¿eres feliz?

