
Con el tiempo entendí que cada pensamiento, cada rato de escritura, cada sonrisa, cada disfrute, cada pesar… todo, absolutamente todo, me enseñaba el camino y me empujaba lentamente hacia la vida imaginada.

Con el tiempo entendí que cada pensamiento, cada rato de escritura, cada sonrisa, cada disfrute, cada pesar… todo, absolutamente todo, me enseñaba el camino y me empujaba lentamente hacia la vida imaginada.
Subscríbete a VIVIR LO IMAGINADO y recibirás todas las novedades en tu correo.